Cuando el otro está seguro de uno, y uno está conforme, acepta las cosas que no le gustan: a eso le llaman matrimonio.
Porque si uno está seguro de lo que tiene y con eso se conforma, así haya cosas que no lo hagan sentir bien al respecto, pues ¿qué más le queda en la vida?...
cásese, reprodúzcase y muérase!
o mejor, si prefiere no perder el tiempo e ir directo al grano pues muérase de una.
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Por eso decidí ponerle un punto a la cosa y pasar de capítulo, porque su seguridad no es suficiente para mi: yo prefiero que me quieran.
Ya la conformidad del ambiente que me rodea me tiene hastiada, y yo no me quiero conformar.
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Y a pesar que le había dicho bien claro a mi corredor de bolsa que aún no invirtiera ahí mis afectos; no crean, me pateó.
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