jueves, junio 12, 2008

eternofobia

De niña nunca fui “miedosa”; entre mi hermana y primos mayores, yo era la encargada de avisar cuando pasaba lo feo de las películas de terror para que se destaparan los ojos (...y lo divertido que era avisar antes de tiempo! :P jejeje), la encargada de ir a mirar cuando había ruidos extraños, de apagar la luz y volver a oscuras, de acompañar al baño cuando tenían miedo... ese género de cosas paranormales nunca me asustó mucho, en cambio la estúpida idea de la eternidad era lo que me hacía mojar los pantalones, y lo que hasta el sol de hoy me da un miedo espantoso.

Toda la vida me ha atormentado el existencialismo. Cuando era niña, con cierta frecuencia llegaba llorando a donde mi mamá porque me angustiaba la duda de que si después de morir se extinguía nuestro pensamiento y perdíamos todo lo que habíamos vivido y se venía una eternidad de nada, o si continuaba una eternidad de algo,... no era como tal que le tuviera miedo a la muerte (porque también me daba miedo pensar que la vida fuese interminable), básicamente me daba miedo el concepto general de “eternidad”.
Mi mamá que no hallaba qué decirme, alternaba sus respuestas entre que me iba a ir al cielo, que iba a reencarnar en algo lindo como una flor o un conejito, o que ya dejara de joder (yo creo que mi mamá, con todo y lo puritana que es, hubiera preferido toda la vida que le hiciera preguntas incómodas sobre sexualidad jejejjeje).
Ni les quiero contar lo insoportable que me volví cuando a los seis años, un día que estaba sola en la casa llegaron unos testigos de Jehová y me preguntaron si sabía el nombre de Dios, y que si no sabía cómo se llamaba me iba a ir al infierno... desde ahí pueden imaginarse la cruzada personal que emprendí de perseguir a mi mamá con el volantico que me dieron, con la idea de que si no íbamos a la iglesia esa nos íbamos a pudrir todos en el infierno…

Con el tiempo preferí dejar de pensar en eso hasta que, tendría como 13 o 14 años cuando alguien me preguntó a qué le tenía miedo, y en ponerme a explicarlo me puse a chillar vergonzosamente como cuando era chiquita... desde ahí decidí que tenía que clausurar ese tema para siempre, borrar esa palabra horrible de mi vocabulario.
Me imagino que por eso inventaron la religión, para evitar andar pensando idioteces decidieron estandarizar una sola.

Desde ahí todo estuvo bien por un tiempo largo, hasta que, años después, volvió el maldito existencialismo a atacarme, primero en las noches de insomnio, luego en los comerciales, en el baño... hasta que empezó a visitarme súbitamente con mucha más frecuencia, en los trayectos de bus, en cualquier pausa corta, y siempre con su usual característica ya no de hacerme llegar llorando a donde mi mamá, pero sí de cagarme el día, la semana, o hasta el mes, poniéndome a pensar en lo inútil que es lo que uno hace en la vida ante la idea de la eternidad y la certeza de morir... y sí, es tan estúpido como suena, ¡¡¡pero es estúpidamente inevitable!!!

Por eso me decidí a escribir sobre esto, ¡porque me tiene podrida esa fobia tan marica!
Porque clausurar ese tema no me ha servido pa’ ni mierda así que me imagino que la única solución es tocarlo, como identificar las cosas falsas en las películas de terror, como descubrir que las arañas además de pequeñas son muy frágiles, como hacerse curación en una herida así duela, como salir a verificar que los ruidos eran un vestido colgado que el viento azotaba contra la pared.

2 comentarios:

Saudade dijo...

Porqué será que a muchos nos obsesiona ese tema? Porqué será que muchos pensamos que no sabemos como hace el resto de la humanidad para no pensar en eso? Para vivir tranquilos como si nada?


Yo escribí hace muy poco sobre exactamente el mismo tema!


http://www.ivantamayo.net/blog/2008/05/12/on-death-and-dying1/

Anónimo dijo...

Pues ya me pusiste a pensar .... ay no, deje así!

Pero como desahogo estuvo magnífico.