domingo, julio 20, 2008

Intersecciones

El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.

Milan Kundera, El libro de los amores ridículos.



Es curioso cómo las cosas, las personas, incluso los animales, pasan por la vida de uno tan casualmente, que ninguno de los implicados se percate de las consecuencias de la situación. Cuando se trata de que el camino de alguien(es) se cruce con el propio por un tiempo prolongado, usualmente salta a la vista la influencia de la intersección... pero, ¿cómo medir la influencia que ejerce en la vida de uno y otro cuando se trata de un fugaz cruce de caminos?; más aún, ¿cómo medir la influencia de situaciones fortuitas que pasan desapercibidas?

Hace un mes, con la excusa de mi proyecto académico gatuno, convencí a mi mamá de dejarme tener un gato para efectos del proyecto, o eso le dije yo, aunque siempre tuve las negras intenciones de que adoptáramos permanentemente un gato; en ese punto mi camino se cruzó con el de una gatita hermosa, aunque no fue exactamente el punto de partida. Hacía una semana y media atrás había llegado a la casa de una amiga una gatita mirringa y flaca. Mi amiga que sabe lo catlover que soy me vendió la idea de adoptarla con publicidad engañosa, ya que en su casa estaban que la echaban porque no tenían espacio para otro gato.


Mi plan malvado se basaba en que la gatita enamorara a todos mientras yo me encargaba de la absoluta limpieza del asunto. El plan iba funcionando bien hasta un fin de semana que me fui de paseo mientras la gata, entre otras cosas poco gratas, se hizo pupú en la cama de mi mamá, no una sino dos veces (una en la almohada, para más piedra). En ese momento la gatita compró su tiquete de salida de la casa, sólo que no la echaron de una vez porque aún no teníamos un hogar sustituto.

Entre las primeras cosas que hice cuando Cleo llegó fue llevarla a desparasitar. Como mi trabajo era limpiar casi obsesivamente su caja de arena y los deslices que tuviera, eso me llevó a estar a toda hora pendiente de las heces de Cleo y así fue como me fui dando cuenta que estaba enferma, así nadie me creyera porque se la viera activa y alegre. Que mi mamá la quisiera tanto me dio tiempo para que mi paranoia me hiciera llevarla al veterinario otras dos veces, hasta que descubrieron que Cleo (pese a la primera desparasitada), tenía unos parásitos ni los hptas, que la estaban matando.

Empezamos el tratamiento al tiempo que le encontramos un buen hogar sustituto; pensamos en mandarla de una pero las drogas la tenían muy malita y como todos estábamos tan encariñados con ella, decidimos tenerla hasta que terminara el tratamiento y se pusiera mejorcita.

Ya estaba tomada la decisión, pero ayer amaneció más cansona e increíblemente cagona. Se hizo varias veces en mi cama y pantalón, en la cama de mi mamá, en un sofá, se me hizo toda encima... y con tan mala suerte que todos también estábamos teniendo un día de mierda respectivamente, así que se decidió que la gatita se fuera ipso facto a otro hogar temporal, para que al día siguiente la transportaran a su hogar definitivo.

Cleo es una “person cat”, siempre tiene que estar al ladito de donde está la gente. Anoche estaba hablando con mi mamá en el cuarto de ella, estábamos las dos solas... de repente ella se sentó en la cama, y yo me senté, y por una mala concentración de esfuerzos la tabla lateral se rajó y toda la cama se vino abajo. Varias veces que estaba con mi mamá en su cuarto, Cleo se quedaba todo el tiempo con nosotras, casi todo el tiempo (más de un 80% diría yo) corriendo como loquita debajo de la cama.

Ya que éramos las únicas en la casa, si Cleo no se hubiera ido ese día, muy muy probablemente habría estado debajo de la cama en el momento que se cayó.


Fue entonces cuando supe que mi papel en la vida de Cleo había terminado, que ese era el punto donde nuestros caminos se separaraban y así tenía que ser.

Si en el futuro nos recordara, posiblemente nos recuerde como el sitio donde la torturaban dándole cosas horribles en jeringas, inconsciente de la influencia que tuvimos en su vida, inconsciente de que nos dejó a todos un huequito en el corazón, (hasta a mi mamá odiagatos).

Por mi parte la recordaré saltando como loquita, cómo lo miraba a uno a los ojos y se estiraba a tocarle la cara con sus manitas alcolchonadas, mis piernas calientitas... y recordaré que me dejó con ganas de muchas más influencias fugaces.

Y obvio, también recordaré lo linda que es :)




Desde que me dio el existencialismo crónico me la paso pensando en que empleamos un porcentaje muy grande de nuestra vida preparando cosas que ni siquiera tenemos certeza de llegar a vivir; largos estudios profesionales, trabajos esclavizantes... sin saber si nos alcanzará la vida para graduarnos, o para detenernos a descansar y disfrutar... aún quiero mi carrera, no es que tenga crisis vocacional, pero ahora dudo seriamente de su importancia real.

Hace mucho he tenido la intención de entrar a una asociación que rescata animalitos, pero no lo he hecho por falta de tiempo o por tener lleno el cupo de actividades extracurriculares... ahora creo que es el momento de dejar pasar otras vainas y darle tiempo a esto.

Estoy cansada de las cosas largas y preparadas... necesito aprovechar más de lo efímero.



Y ahora que ando de recordona, algunos de los otros gatitos cuyos caminos cruzaron, brevemente, por acá ^_^

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ay que linda gatita! Ojalá ya esté mejor de sus bichos y sea feliz en su nuevo hogar.

Ya te adoptará un gato algún día, ya verás.

stessa dijo...

sip, más boniiita :)

pos sí, otra vez será.