viernes, enero 02, 2009

rompiendo tradiciones

El 1 de enero suele ser el día más deprimente del año (a menos que algo extraordinario ocurra durante el resto), pero hoy a diferencia fue un día bastante normal, y hasta chevere diría yo.

Al principio creí que había sido por efectos de contraste con el plan tan costosamente malo y plop del 31 (que además no resultó tan mal del todo porque, ¿qué forma más efectica de empezar bien el año que teníendo un último día tan culísimo que haga parecer bueno cualquier inicio? :P); pero ya por la noche, mientras no pensaba en ello, se me pasó por la mente el recordatorio de una cosa que también tiene de particular este año: que a diferencia de todos los anteriores, en este año sé perfectamente qué voy a estar haciendo al comienzo (me voy a estar queriéndo volver chango en quince días, para ser más exacta), pero aún no tengo ni idea de qué voy a estar haciendo al final.

:)

No hay comentarios.: