Mientras me ponía hielo en la cara amoratada, se me vinieron muchos recuerdos a la mente; no lo había pensado antes pero durante mi vida he tenido muchos accidentes en la ducha, todos ellos por el mismo motivo: la ducha me inspira demasiada diversión. Entre los más relevantes, aquella vez que me hice un chichón monumental, que casi sentí que la pared se partía contra mi cabeza; otra ocasión en la que me desportillé un diente contra la pared, y la de hoy, que es definitivamente la ganadora.
La versión oficial es que había mucho jabón, que me estaba lavando el pie, que la Parca me empujó... no le digan a nadie en mi casa pero la verdad es que fue un salto mal dado; esa manía de bailar y cantar en la ducha un día me va a matar.
El incidente dejó un balance de: media cara amoratada, incluyendo labio, mejilla y ceja (me golpeé la cabeza contra la esquina); un codo cortado y el otro amoratado; raspado el huesito de la cadera y una mano despellejada (arrrrde >.<).
Ahora, eso de terminar el año toda cascada, por culpa de mi torpeza... ¿será una indirecta? o_O