sábado, enero 24, 2009

melting

Recién ahora me doy cuenta de que hay cosas en las que pongo todas mis fuerzas que finalmente no eran un proceso consciente; que algunos aspectos de uno mismo no cambian porque uno se lo proponga, porque muchas vainas simplemente no dependen directamente de nuestra voluntad.

La vida tiende a fluir suavemente, a un ritmo más bien azaroso que difícilmente se deja intervenir por la voluntad, y nunca a la velocidad que uno quisiera... pero, aunque con frecuencia las cosas que uno espera no pasan, simultáneamente van pasando cosas que uno no se esperaba.

Estoy descubriendo lo agradable que es dejarse llevar, fluir... esforzarse por controlar cosas incontrolables es tan inútil y desgastante como pujar viendo un partido de la selección donde uno desea que ganen pero sabe que van a perder.

Y estoy aprendiendo que el mejor estado en el que estar, es el líquido :)

viernes, enero 09, 2009

I – Error! Archivo no encontrado

“Desde que tengo memoria” he sabido que tengo pésima memoria, siempre. Lo supe desde niña que practicaba mi diálogo de tres líneas durante horas, durante días, durante semanas, y que cuando llegaba la hora de decirlo no me acordaba ni de la primera palabra y me ponía a llorar; lo acepté más grandecita con la resignación de, por varios años y varias químicas, siempre tener que escribir por detrás de la calculadora que d=m/v (ya después de la última química que vi en la universidad se me grabó, pero sólo tras la fuerza de muchos  años y muchos muchos ejercicios); y por si empezara a olvidarlo, lo recuerdo siempre que hago una pausa al hablar y se me olvida por completo lo que estaba diciendo.

Como es usual que todo tienda al equilibrio, y debido a que me dieron tan, pero tan poca memoria, a cambio me dieron un montón de imaginación... lo malo es que, siguiendo con la pinche tendencia al equilibrio, cuando la memoria me falla, llega la imaginación a tapar el bache en el disco duro, y como tengo TAN buena imaginación, el resultado final es tan convincente que resulta imposible notar la diferencia.
Dicho más claramente, que mi mente falsifica recuerdos y muchas veces lo que yo creo recordar con 100% de seguridad es falso.

Por ejemplo, dónde queda X lugar... me pongo a pensar y recuerdo que queda por la calle tal, que en frente hay un bar con carpa roja, que a dos casas vivía una amiga de la infancia, diagonal queda un almacén, en la cuadra de al lado queda un Éxito, y hasta “recuerdo” con una nitidez increíble que las sillas del lugar son verdes y que el cajero tiene un lunar en el cachete izquierdo!!!
Ya teniendo tan claro dónde queda el dichoso lugar me dirijo para allá, con la sorpresa de que cuando llego: el sitio X no está. Todo lo demás está donde lo recordaba, el bar, el Éxito, la amiga de la infancia, pero donde en mi cabeza estaba X, no hay nada. Es posible que las sillas sí fuesen verdes y que el cajero tenga un lunar, pero claramente NUNCA tuve ni puta idea de dónde quedaba y a fuerza de tratar de recordar, mi imaginación escogió un escenario cualquiera que sí recordara, y puso allí lo que buscaba. Me imagino que una cosa y la otra posiblemente tengan alguna relación de la que no soy consciente porque algunas veces resulta que “estaba tibia”, pero las demás de las veces es un completo misterio.

Es por eso que, por suerte para los demás e infortunio para mí, soy demasiado fácil de engañar. Con mucha frecuencia tengo la sensación de que la gente se aprovecha porque yo recuerdo algo así, otra persona afirma que fue asá, y termina el asunto alegando que tiene la razón porque yo soy una desmemoriada y no podría saberlo; y lo peor es que es cierto porque por más segura que esté de lo contrario, es un argumento difícil de refutar  ¬_¬
De hecho, entre personas que me conozcan, esa es la clase de discusiones que sólo puedo ganar con pruebas y/o testigos.


D*, que tenía (o bueno, tiene) una memoria prodigiosa y decía que el truco estaba en enlazar unos recuerdos con otros para lograr una “poderosa red de información”, pero, aunque fuese cierto, yo no creo que hacerlo sea una operación consciente... ¿cuánto se demoraría uno en leer un libro si anduviera enlazando unos datos con otros?, ó también, creo que sería muy difícil entender una película si uno estuviera esforzándose en registrar toda la información que va recibiendo.

D* creía que esa era la clave, pero por qué él sea capaz de citar textualmente un libro que leyó y yo a veces re-leo libros que olvidé que había leído y no me doy cuenta hasta cuando voy por la mitad; ó por qué él puede mencionar detalles increíblemente específicos de una película que sólo vio una vez, y yo en medio de la película ya no me acuerdo de cosas que pasaron al principio... puede que su tip de verdad le sirva de algo, pero no creo que la diferencia entre su memoria y la mía sea producto de un proceso consciente sino más bien una cosa que simplemente se tiene ó no se tiene.*

Mi mamá por su parte dice que es mi culpa por no ejercitar la memoria, y que voy a sufrir de alzheimer prematuro y nosequé... según ella debería hacer el ejercicio de recordar lo que hice en días anteriores, pero, ¿de qué me sirve esforzarme en recordar si sé que la imaginación hace turno cuando la memoria está de vagales?
No creo que sirva de nada esa técnica si al final no me doy cuenta de qué ejercité realmente, si la memoria ó la imaginación.

 

*Además, eso de las asociaciones tampoco me funciona de a mucho. Cuando relaciono una cosa que quiero recordar con otra que ya recuerdo, una tercera parte de las veces realmente logro acceder a un recuerdo a través del otro, pero en las 2/3 restantes olvido ambas cosas, ó las recuerdo pero las confundo.

Suena exagerado pero es cierto. Dos ejemplos:

Uno. Tuve un novio cuyo teléfono me aprendí gracias a que al agruparlo en números consecutivos de dos cifras, daba tres números, que poniéndolos en un orden diferente daba el número de mi abuelita (que ya me sabía). Todo iba a las mil maravillas hasta que terminé con él... desde entonces nunca pude volver a llamar a mi abuelita.
Lo que pasó es que al dejar de llamarlo, dejé de evocar la referencia que relacionaba ambos teléfonos y la olvidé, por lo que se me revolvieron totalmente los números y quedé recordando únicamente algunos sueltos, de una cifra, y sin ningún orden.

Dos. De niña relacionaba cierta fecha histórica nacional con el sencillo vínculo de que era un día después de mi cumpleaños. En el 90% de los exámenes que me hicieron en primaria donde me preguntaban acerca de esa fecha histórica, puse el día de mi cumpleaños.

 

**Alguna vez leí Psicopatología de la Vida Cotidiana y me ayudó bastante. Logré recuperar varios de mis olvidos con cosas del libro...  hasta que me olvidé del libro y no pude volver a usar esas técnicas, y con el tiempo también volví a olvidar mis olvidos.

Ya sólo recuerdo un caso exitoso: “tuberculosis” era uno de mis tantos olvidos recurrentes hasta que en una conversación con mi hermana traté de buscarle una causa al olvido: tuberculosis → tubérculo → la papa es un tubérculo → tengo complejo de gorda, por tanto no me gusta la papa, por tanto le tengo fobia a los tubérculos, por tanto nunca logro recordar “tuberculosis”... total que gracias a que mi hermana se burló haaaarto de mí por acomplejada, por gorda y por gorda acomplejada, siempre logro recordarla :P


***Los números en particular me cuestan muchísimo trabajo.

- Mi cédula sólo me la pude aprender después de meses de tenerla como contraseña de mis correos electrónicos, la tarjeta de identidad nunca me la supe, y mi código de la universidad me lo aprendí de tanto escribirlo (pero de vez en cuando lo confundo con mi cédula ó los olvido alternadamente).

- Puedo contar con una mano los teléfonos que me sé, y todos me los aprendí de formas diferentes: referencias alfabéticas, ó referencias obscenas, ó no me los sé pero recuerdo la forma como se marcan... y pues el mío, que lo aprendí de tanto darlo (el número).

- Insólitamente recuerdo el teléfono de una amiguita de preescolar con la que no volví a hablar (sabrá Dios Freud por qué).

- Desde qué pasé de los 20, me cuesta una cantidad absurda de trabajo recordar mi edad.

- Me tengo que ubicar espacialmente para recordar mi dirección (vivo acá hace como 3 años).


****La única memoria que sí tengo buena es la inmediata, que me proporciona la habilidad social de parecer que estoy poniendo atención cuando en realidad no estoy escuchando ni mierda: tengo la facultad de recordar siempre la última frase que dice la gente, así no hubiera estado poniendo atención ni tenga la más remota idea de lo que está hablando.

Por eso (me imagino) puedo jugar "concéntrese" una sola vez y me va hasta bien, pero de la segunda vez en adelante soy desastrosa exponencialmente...


*****Frecuentemente no digo lo que iba a decir porque me voy por las ramas y luego no lo recuerdo.
A cada rato me pasa que llego emocionada a contarle un chisme a R*, mi amiga y compañera de rulo, me pongo a contextualizarlo... y dos horas después, cuando ya ni estamos hablando, R* me hace caer en cuenta de que nunca llegué a contarle el chisme :P

 

viernes, enero 02, 2009

rompiendo tradiciones

El 1 de enero suele ser el día más deprimente del año (a menos que algo extraordinario ocurra durante el resto), pero hoy a diferencia fue un día bastante normal, y hasta chevere diría yo.

Al principio creí que había sido por efectos de contraste con el plan tan costosamente malo y plop del 31 (que además no resultó tan mal del todo porque, ¿qué forma más efectica de empezar bien el año que teníendo un último día tan culísimo que haga parecer bueno cualquier inicio? :P); pero ya por la noche, mientras no pensaba en ello, se me pasó por la mente el recordatorio de una cosa que también tiene de particular este año: que a diferencia de todos los anteriores, en este año sé perfectamente qué voy a estar haciendo al comienzo (me voy a estar queriéndo volver chango en quince días, para ser más exacta), pero aún no tengo ni idea de qué voy a estar haciendo al final.

:)